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Gaiás, fundación sin timón
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03 Apr 2014 | 12:11h
Gaiás, fundación sin timón
Formalmente, todavía tiene; en la práctica, ya no. La Fundación Gaiás, creada en las Navidades del 2008 por la Xunta y 15 socios privados para levantar el proyecto de la Ciudad de la Cultura, está sin presidente. Quien lo fue desde su constitución, Juan Manuel Urgoiti, oficializará la renuncia al cargo en fechas próximas. Ocupaba el puesto en representación del Sabadell Gallego, con el cual carece de vínculo alguno en estos momentos.

De modo que, «como es lógico», se marcha, según un portavoz del banco. De acuerdo con la misma fuente, lo sustituirá, en principio, un alto directivo de la misma entidad financiera, que maneja tres candidatos. El Gobierno autónomo no confirma ni desmiente la operación. De hecho, alegando que no tiene por qué hacerlo, deniega cualquier tipo de información sobre el organismo, a pesar de haber gastado en su lanzamiento 11.250.000 euros de todos los contribuyentes. No rinde cuentas por ellos.




Aunque no es este del timonel el único ni el mayor de los problemas que padece la Fundación Gaiás. De hecho, la nave se ha desviado de su ruta original, hace agua por la bodega de carga y ya no arribará al puerto al cual el Ejecutivo había prometido conducirla. Dicho de otro modo, está incumpliendo parcialmente sus estatutos, sus miembros la van descapitalizando poco a poco y no será fusionada, al contrario de lo garantizado por el PP en su programa electoral del 2009, con la 100 % pública Fundación Cidade da Cultura. Los porqués de todo ello tampoco se aviene a explicarlos la consellería de Jesús Vázquez, en una actitud contraria a la transparencia que el Partido Popular tanto había afeado al bipartito durante su época de oposición, en el período 2005-2009.

A tenor de sus normas internas, la Fundación Gaiás debería consagrarse, fundamentalmente, a producir bienes susceptibles de generar negocio, de los cuales no se conoce ninguno; a fomentar la relación de Galicia con Europa e Iberoamérica, de lo que no se está ocupando; y a gestionar el Museo de Nenos, el Centro de Arte Internacional y el Escenario Obradoiro del complejo compostelano. Igualmente, de ese tercer gran cometido no se encarga, puesto que los citados servicios iban a localizarse en los dos edificios del recinto cuya construcción la Administración ha cancelado.

Entonces, ¿para qué sirve esta entidad mixta? Con el paso del tiempo se ha convertido en algo así como la segunda chequera de la Fundación Cidade da Cultura, una hucha de la que se puede tirar sin tener que soportar el férreo control de la oposición. Anualmente desde el 2011, reduce su capital social inicial y transfiere fondos al erario para financiar la programación del recinto, sobre cuyos contenidos influye en cierto modo. Producto de esa práctica de ir a la caja de manera recurrente y no aprovechar el viaje para meter nada, donde al comienzo había 23 millones (el 51 % privados y el resto públicos), ahora apenas quedan 14. Y la cantidad irá a menos en breve, cuando los patronos liberen la aportación a la causa correspondiente al 2014.

Ideada por el tándem Touriño-Ánxela Bugallo, con esa convivencia de dos fundaciones en torno al Gaiás iba a terminar, teóricamente, el Gabinete de Núñez Feijoo, que consideraba el asunto un sinsentido. En marzo del 2011, de hecho, lo intentó, pero abortó a última hora debido al malestar de varias empresas. Y ya no volverá a la carga, salvo cambio de planes.

Fuente: La Voz de Galicia