La compañía que se presente a este concurso podrá asegurar, de un golpe, un total de 1.992 vehículos. Son los que componen la flota a motor de la Xunta, y que incluyen desde los turismos de uso de los cargos y personal, unos 1.500, hasta los alrededor de 400 que abarcan desde tractores, hasta motobombas, camiones o cisternas. El contrato de pólizas de seguro para cubrir los riesgos de responsabilidad civil de los vehículos del Gobierno gallego se licita por dos millones de euros.

En el listado de la flota de la Xunta hay más de 400 Citroën, entre ellos el de mayor gama, el C-8 que cuesta unos 40.000 euros; así como cuatro C-6, casi ochenta C-5 y unos 35 modelo C-4. Figuran además seis Audi A6 y dos Audi A8. Aparece también un Volkswagen Phaeton 3.2, similar al que tuvo Alberto Ruiz Gallardón cuando era alcalde de Madrid, en contrato de leasing por 100.000 euros al año. En la lista de vehículos a asegurar no obstante no figura el C-6 en el que habitualmente viaja el presidente.




La flota de San Caetano cuenta con vehículos realmente clásicos e históricos, como pueden ser un Barreiros, dos tractores de la marca Landini y un popular pascualiño.

La Xunta posee con vehículos de alta gama pero también muy básicos, entre ellos unos 125 de la marca Seat Ibiza. Sí es titular de una numerosa flota de todo terrenos de diversas marcas, que utilizan desde personal de Pesca hasta los de Medio Rural o la Axencia de Protección da Legalidade, o los de Forestal, al requerir la circulación por zonas más agrestes. Aparecen así cerca de ochenta Galloper, cincuenta Suzuki Jimny, una docena de Land Rover Defender; más de cien Nissan Terrano y unos 120 Suzuki Vitara o Gran Vitara, más de treinta Nissan Patrol, una quincena de Suzuki Samurai, una veintena de las pick-up Isuzu, una decena de Mitsubishi Montero, una docena de Ssangyon o media docena de Jeep Cherokee.

Los más nuevos incluyen pólizas a todo riesgo con responsabilidad civil de hasta cincuenta millones de euros. A otra parte de vehículos, más antiguos, se les asigna una cobertura a terceros, aunque incluyendo lunas y asistencia en viaje, también con cincuenta millones de responsabilidad civil.

Si fallece el conductor del vehículo, la garantía es de 70.000 euros según el pliego (en el cuadro de coberturas, sin embargo pone 60.000 euros), y el mismo importe si se produce una invalidez permanente, mientras que la asistencia sanitaria será ilimitada.

Para el resto de ocupantes del turismo, el pago será de 30.000 euros tanto si fallece como si sufre una invalidez permanente. En el caso de algunos vehículos, sobre todo maquinaria, se plantea una franquicia de 6.000 euros.

Fuente: La Opinión de A Coruña