El compromiso de reciclar el 34,42% de la basura con el que Albada ganó el concurso del Ayuntamiento para gestionar los residuos de A Coruña se ha demostrado una quimera catorce años después de la puesta en funcionamiento de la planta de Nostián. Cuatro de cada cinco toneladas que entraron en el complejo entre 2000 y 2011 acabaron en vertederos, según concluyen las auditorías técnica y económica contratadas por el Ayuntamiento para diagnosticar estas instalaciones.

La planta de basuras recibió en sus primeros doce años 2,14 millones de toneladas de desperdicios generados en A Coruña y en los municipios del Consorcio As Mariñas, salvo Sada. El 80,45% de los desechos, 1,72 millones de toneladas, se convirtieron en rechazos -materiales no reciclables- y se depositaron en basureros, primero en los de la propia planta y, una vez llenos, en externos. Ese porcentaje queda muy lejos del 34,45% con el que Albada logró la adjudicación del concurso municipal para construir y gestionar la planta. El reciclaje solo alcanzó el 19,55%, 418.542 toneladas, más de tres veces menos del previsto, el 65,55%.




Nostián arrancó con un índice de rechazos del 88,3% en 2000. Entre los años 2001 y 2007, el nivel de basura sin recuperar superó siempre el 92%, es decir, el reciclaje quedó por debajo del 8%. El peor año fue 2003, con un índice de rechazos del 96,05% y de reciclaje del 3,95%. En 2008 se corrigió la tendencia y el rechazo se situó en el 74,93%. 2011, el último año analizado en las auditorías, concluyó con el 64,64% de la basura enviada a un vertedero.

Los auditores auguran que el índice del 65% en 2011 se reducirá "previsiblemente" gracias a la nave de producción de combustible derivado de residuos, en la que "un porcentaje muy importante" de los rechazos se convierten en energía. Según informes remitidos por el área municipal de Medio Ambiente al pleno, el porcentaje era del 53% en 2013. La auditoría expone que "plantas similares" a la de A Coruña generan un índice de rechazos del 55%.

"La caracterización de los residuos que entran en la planta -concluye la auditoría económica redactada por KPMG- pone de manifiesto que nunca se han alcanzado los niveles de separación entre materia orgánica e inorgánica prevista, por lo que no es posible desarrollar el proceso de valorización y eliminación de residuos previsto por Albada en su propuesta". Los auditores económicos de la planta señalan que la clasificación de desechos que recogía la oferta de la empresa "estaba poco alineada con la realidad". Esta situación la atribuyen, "probablemente", a que antes de la planta, A Coruña carecía de sistema de recogida selectiva de residuos.

El escaso índice de reciclaje obedece, según los auditores técnicos, Applus Norcontrol, a diferentes causas. En su "etapa primaria", cuando Nostián carecía aún de planta de compostaje, los residuos orgánicos acababan, como los inorgánicos, en un vertedero. Igual destino recibió, hasta 2002, toda la basura enviada por el Consorcio As Mariñas, unas 66.000 toneladas entre 2000 y 2001, ya que el ente comarcal, según la auditoría, no había implantado la recogida selectiva de basuras.

La elevada cantidad de rechazo, según el dictamen técnico, también se debió a la conjunción de tres carencias en el sistema: la separación de la materia orgánica de la inorgánica, la recuperación de materiales valorizables y la cantidad de residuos no tratados en bolsas cerradas que el sistema es incapaz de abrir, el 20% del total. Por ejemplo, el compost, sin calidad para funcionar como abono, se trató como rechazo hasta 2005.

Fuente: La Opinión de A Coruña