Pescanova ha perdido ya definitivamente uno de sus activos más valiosos. La compañía ha otorgado el mandato de venta de su filial pesquera Pesca Chile y de las dos plantas de cultivo de salmón vinculadas a la matriz chilena, Acuinova y Nova Austral, que juntas facturaban más de 200 millones de euros y aportaban el 30 % del ebitda del grupo, antes de entrar en quiebra.

Los activos chilenos dejaron de computar en el balance de Pescanova en mayo del 2013, justo un mes después de que Pescanova se acogiera a la ley concursal. Durante los últimos meses, la compañía ha tratado de impedir que los administradores concursales chilenos vendieran su filial más preciada. El proceso se paralizó a principios de este año, a petición del ex presidente de Pescanova, Juan Manuel Urgoiti, que en aquel momento defendía los intereses del grupo Damm y de su plan de recapitalización para hacerse con el control de la compañía, que pasaba por salvar Pesca Chile.




La banca asumió el plan de rescate de Pesca Chile en la propuesta de convenio subrogada por Damm, pero la presión de los acreedores ejercida a través del administrador concursal, y la negativa de los bancos chilenos a negociar un plan de refinanciación con Pescanova han impedido su recuperación.

Pesca Chile tiene como principales acreedores de una deuda de 89 millones de euros a Banco de Crédito e Inversiones (BCI), DNB, Itaú, Banco do Brasil y HSBC. La división chilena controla las empresas Acuinova Chile, que emplea a 955 trabajadores, y Nova Austral, con una plantilla de 789 empleados.

Pesca Chile, con una cuota de pesca de merluza del 47 % en aguas chilenas, vendía el 90 % de su producción a empresas de Pescanova, mientras que Acuinova y Nova Austral colocaban el 80 % del producto a terceros.
Fuentes de la administración concursal chilena explicaron ayer que la venta de los activos de Pescanova se llevará a cabo de forma escalonada, comenzando por las salmoneras en un plazo máximo de un año.

Fuente: La Voz de Galicia