05 Aug 2013 | 10:28h
Slim cree que España aplicó los ´recortes necesarios´ y augura que se recuperará
El hombre más rico del mundo, Carlos Slim, vaticina que "España saldrá de la crisis en un año y medio". Un optimismo que responde a un hecho confirmado por el empresario mexicano: "Creo que el país ya ha tocado fondo". Su amigo y anfitrión durante los tres días de estancia en Avión (ayer se volvió a México), Olegario Vázquez Raña, es aún más específico al afirmar que "si España gana la candidatura para organizar los Juegos Olímpicos en 2020 sería capaz de atraer numerosa inversión extranjera". Palabras del que es además miembro del Comité Olímpico Internacional y propietario del grupo empresarial Ángeles.
Carlos Slim, a quien la revista Forbes sitúa en el primer puesto de los hombres más acaudalados del planeta, con una fortuna que asciende a 73.000 millones de euros, remató ayer su jornada de asueto en el pueblo ourensano de Avión con un mensaje de optimismo en la regeneración de la situación española, al señalar que "España ha sabido realizar los ajustes en su economía, ha hecho los recortes necesarios". "Pienso que va a empezar a recuperarse en el plazo de un año y medio o dos años".
Carlos Slim se mostró convencido de que los recortes han "tocado piso" en España. Para uno de los magnates mundiales, en este caso del sector de la telefonía, las cifras que se han dado en España de trabajo y ocupación son un poco "exageradas y aparatosas" y está seguro de que, en realidad, "no hay tanta desocupación".
Ante la pregunta de si ve exagerados los recortes del Gobierno de Rajoy para salir de la crisis, Slim, sin perder su afable sonrisa, se escabulló para contestar con una pregunta: "¿Y usted dónde trabaja? No vaya a ser que la recorten". Cree que al margen de la recuperación española, hay países emergentes en Latinoamérica que van a ser un gran polo de atracción mundial "pues van a crecer y a incorporarse a la modernidad y al desarrollo".
Su anfitrión, Vázquez Raña, mexicano con raíces gallegas, está pasando el verano en su pueblo natal, Avión, donde tiene su domicilio estival y en el que sus invitados se sienten como en casa: "Este pueblo es muy tranquilo y muy bonito. Me han recibido estupendamente los vecinos", relató Carlos Slim en el bar Moncho. Un lugar que se ha convertido en testigo de conversaciones entre los hombres más influyentes del planeta. Empresarios, políticos y miembros de la curia eclesiástica se reúnen en ese bar para pasar la tarde entre cartas y partidas de dominó.
Miguel Rincón, empresario mexicano; Miguel Alemán, director de la empresa Interjet y también multimillonario; Mariano Saynez, exsecretario de la Marina en México; el capitán Alberto Abed, propietario de una importante empresa de aviación; y el arzobispo primado de México (y también cardenal), Norberto Rivera, completan una lista de invitados que colocan a Avión entre los pueblos más selectos.
Vecinos del municipio califican a Olegario Vázquez como un hombre "campechano y humilde, que viene a echar la partida a su bar de siempre e invita a los vecinos". Una humildad que se vio reflejada cuando, tras varias horas apostados delante de la cafetería, el propietario se dirigió hacia nuestro coche y nos invitó a pasar. El hombre más rico del mundo nos sonreía en la puerta del bar Moncho. "Esto es la primera vez que pasa, nunca invitaron a pasar a los periodistas", apuntó la dueña del bar. Y luego lo confirmó el propio Olegario Vázquez: "Vengo aquí para descansar y desconectar, pero creí oportuno que vieseis cómo somos realmente en las distancias cortas y que la gente lo sepa también".
Los amigos de Carlos Slim nos rodearon con calidez y hablamos con una confianza y cercanía difíciles de encontrar en contextos semejantes. Economía, finanzas, estudios y demás temas coparon las conversaciones mientras Slim se interesaba por nosotros, como si el periodista fuese él. El hombre más rico del mundo, con una fortuna que asciende a 73.000 millones de euros, conversaba de economía y nos informaba de sus inversiones. Consejos y conversaciones que derivaron en una charla amigable sobre la riqueza, pero no la material, sino la espiritual: "Formarse y ser rico de mente sí es importante, porque eso nunca te lo van a poder quitar", apuntó Slim.
Media hora con ilustres, influyentes y adinerados hombres de negocios que compensaron la larga espera. En tan solo 30 minutos compartimos (no mesa y mantel), pero sí un mismo espacio en uno de los lugares más populares de un país: el bar. Compartimos un helado de canela y manzana con el propio Slim: "No le noto la manzana", bromeó. Y todo ello aderezado con momentos en los que nosotros mismos fuimos los protagonistas de sus cámaras, inmortalizando un momento que seguro, será irrepetible.
Fuente: La Opinión de A Coruña