14 Mar 2014 | 12:07h
Último intento para salvar Pescanova
Pescanova cometió el error de presentar al juez una propuesta de convenio sin apoyo de la banca y sin garantías de prosperar en una junta de acreedores. Ahora solo hay dos opciones de salvación para la compañía: retocar el acuerdo para ganar la adhesión de la banca, que es lo que tratará de hacer hoy el consejo de administración, aprovechando una providencia del juez que obliga a subsanar varios defectos de forma antes de su admisión a trámite; o ir a la liquidación y que el magistrado autorice una adjudicación directa de los activos del grupo a los acreedores financieros.
En ambos casos, los bancos poseedores de 3.000 millones de deuda de Pescanova tienen la sartén por el mango, aunque ninguna de las principales entidades acreedoras (Sabadell, con 222 millones; Popular, con 165; NCG, con 161 millones; Caixabank o Bankia con 127) quiere pasar a la historia como responsable de la quiebra. De ahí su insistencia en presionar al grupo Damm y, por extensión, al consejo de Pescanova, para modificar la propuesta de convenio.
¿Qué quieren los bancos? Fuentes de la negociación explican que recuperar al menos un tercio de la deuda, es decir, 1.000 millones, frente a los 700 que contempla el documento, con una quita inferior del 60 %, frente al 72 % previsto en el texto objeto de revisión.
Tampoco el grupo Damm quiere quedar como el malo de la película y rechaza las acusaciones de engaño vertidas desde el sector financiero.
¿Hasta qué punto está dispuesto el grupo de los Carceller a ceder a las pretensiones de la banca? Desde la cervecera se insiste en que no hay nada inamovible. «Hemos negociado, estamos negociando y seguiremos negociando», dice la compañía para, acto seguido, aclarar que las pretensiones de las entidades financieras chocan con la viabilidad de la llamada Nueva Pescanova del convenio.
Damm se resiste
«Damm busca la viabilidad de Pescanova y no meterla en una deuda insostenible», aclara la firma, que califica la propuesta de convenio que el consejo de Pescanova asumió como propia como una oferta equilibrada y realista que responde a las peticiones de los propios acreedores financieros. «Cuando presentamos la primera oferta con KKR y Ergon, con una inversión de 250 millones y el mantenimiento del grupo íntegro, los bancos nos pidieron que fuéramos realistas. Lo hemos sido, con esta propuesta de 150 millones que no dan para ayudar a las filiales extranjeras», aclara Damm.
En este tenso escenario, el consejo podría tener hoy la última oportunidad para modificar un documento de convenio cuyo contenido, de entrada, y según fuentes jurídicas consultadas, es intocable, salvo en cuestiones de forma como las solicitadas por el magistrado.
Ayer, el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, hizo un llamamiento a la responsabilidad de bancos, acreedores y consejo de administración, y les instó a buscar un acuerdo para la compañía. «Seguimos entendendo que Pescanova é unha multinacional viable. Seguimos confiando nas posibilidades de presente e de futuro da empresa. E confiamos, polo tanto, en que esta multinacional siga traballando moito tempo no sector do mar-industria», afirmó. «Sería un erro imperdoable que non se chegara a un acordo definitivo para a viabilidade de esa compañía», dijo Feijoo.
Fuente: La Voz de Galicia