03 Mar 2014 | 11:32h
Los gallegos tributan por heredar hasta 35 veces más que los cántabros y los riojanos
Las comunidades autónomas tendieron durante la crisis a crear nuevos impuestos y a subir los ya existentes en línea con el Gobierno central. Y aunque muchas empiezan a hablar de reducir la presión fiscal sobre los ciudadanos ante la leve mejoría de la economía -la Xunta redujo este año un 0,5% el tipo del IRPF para las rentas más bajas, aunque elevó los impuestos en otros apartados como el de los combustibles, con el céntimo sanitario-, la actuación de los distintos Ejecutivos autonómicos a raíz de las dificultades económicas provocó que la dispersión tributaria se acentuase en los últimos años. Al menos así lo remarcaron esta semana los responsables del Registro de Economistas y Asesores Fiscales (REAF) al presentar su informe anual sobre las políticas tributarias de las regiones. En ese documento Galicia aparece entre las autonomías donde más altos son algunos impuestos, como el de patrimonio o el de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. También el de sucesiones, pese a encontrarse en la mitad de la clasificación, supone a los contribuyentes gallegos un desembolso muy superior al que realizan ciudadanos como los cántabros o los riojanos. Por una herencia de un patrimonio que ronda los 800.000 euros en Galicia se paga hasta 35 veces más que en Cantabria o La Rioja.
En los siguientes puntos se sintetizan los resultados de la comparación entre autonomías que los asesores fiscales hacen en su informe.
EIRPF. Las diferencias son pequeñas en el tratamiento de las rentas bajas y medias en el conjunto del Estado pero Galicia se sitúa como la segunda en la que un contribuyente con rentas de hasta 45.000 euros debe pagar más impuestos, concretamente 10.337,61 euros, cantidad que solo supera Extremadura, donde un trabajador que ingrese 45.000 euros al año en su empleo debe pagar 10.375,39 euros en concepto de IRPF, casi 38 más que en Galicia. Por detrás de la comunidad gallega aparece un grupo de siete autonomías en las que sus trabajadores pagan 10.337,57 euros, seguidas de La Rioja (10.228,30), Cantabria (10.212,05) y Madrid (10.090,47). Lo que significa que un empleado gallego que cobre hasta 45.000 euros paga 247 euros más en IRPF que un madrileño.
En las rentas del trabajo, sin embargo, Galicia mejora su posición en el conjunto de España en cuanto los ingresos de los contribuyentes aumentan (pagan menos cuanto más cobran). La comunidad gallega ocupa el sexto lugar (de 15, porque en los ejemplos del REAF no aparecen País Vasco ni Navarra) entre las que más impuestos exigen a los profesionales con rentas de 110.000 euros, al noveno en las de 300.000 euros y al decimotercero en las de 600.000 euros. La presión fiscal en Galicia desciende según los ingresos de los trabajadores aumentan y se acerca a los niveles de la comunidad que cuenta con un IRPF más bajo, Madrid, con apenas 3.000 euros de diferencia entre ellas en el caso de los más acaudalados, los que tienen rentas de 600.000 euros.
Sucesiones y donaciones. La carrera entre las autonomías por rebajar e incluso suprimir este impuesto se detuvo con la crisis. Incluso algunas regiones, como Cataluña y la Comunidad Valenciana, limitaron las bonificaciones que antes concedían. Aún así persisten grandes diferencias. Galicia se encuentra en la mitad de la clasificación. El REAF pone este ejemplo: un individuo que hereda 800.000 euros paga por sucesiones unos 55.180 euros en Galicia, casi 45 veces lo que se tributa en Cantabria (1.262,39) y casi 35 lo impuesto en La Rioja (1.576). Sin embargo, la cifra gallega es muy inferior a la de un heredero murciano, el que más paga de España, con 164.049 euros por esos 800.000 euros que recibe en herencia.
Patrimonio. Galicia está entre las autonomías con mayor presión fiscal en este tributo, junto a Extremadura y Andalucía. Sin embargo, en el caso de patrimonios de hasta 800.000 euros les supera Cataluña. Desde esos niveles de riqueza hasta los 15 millones de euros, Extremadura, Galicia y Andalucía, por este orden, lideran la clasificación. En el supuesto de los patrimonios más modestos, de 800.000 euros, la diferencia entre Galicia y Aragón (la que tiene el impuesto más bajo) es de 40 euros. En el caso de patrimonios de cuatro millones de euros los baleares son los que menos pagan, 8.000 euros menos que Galicia, al igual que en el caso de fortunas de 15 millones, que pagan en Baleares (272.095 euros) casi 60.000 euros menos que en la comunidad gallega (331.444).
Vivienda. En el impuesto de transmisiones patrimoniales, Galicia tiene la fiscalidad más alta independientemente del precio de la vivienda que cambia de manos, del 10%, al igual que Valencia y Cataluña. En el caso de un inmueble de hasta 150.000 euros los gallegos pagan 15.000 en impuestos, frente a los 9.000 de los madrileños, los que menos pagan.
Fuente: La Opinión de A Coruña